La obra del madrileño Daniel Canogar gira en torno al tema de la obsolescencia programada, definida como la planificación del fin de la vida útil de un producto tras un tiempo calculado por la empresa fabricante.
Perteneciente a una generación "puente", Canogar creció a medio camino entre las tecnologías analógicas y las digitales.
Los inicios de este artista visual de fama internacional se remontan a una investigación que estaba realizando años atrás acerca del Big Data, para lo cual solía frecuentar chatarrerías donde se amontonaban todo tipo de artilugios tecnológicos en desuso. Simplemente se le ocurrió dar vida de nuevo a estos fósiles de la tecnología con el objetivo de reflexionar, y hacernos reflexionar a nosotros con él, sobre la desaparición de las cosas.
La obsolescencia programada no sólo afecta a los objetos. Metafóricamente hablando, afecta de igual manera a las personas; también nosotros tenemos una vida limitada, también nosotros vamos a desaparecer.
Cables, cd's, teléfonos móviles, ordenadores... todos estos elementos forman parte de las sus composiciones, creando una obra muy peculiar que ha sido expuesta, además de en diversas galerías de renombre mundial, en lugares públicos de la talla del atrio del Consejo Europeo en Bruselas o las pantallas de Times Square en Nueva York.
"Las nuevas tecnologías están modificando nuestra manera de percibir el mundo y, paradójicamente, con todos los recursos disponibles estamos deteriorando la memoria individual y colectiva"
CriticART
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